martes, 15 de enero de 2008

Adolescente y culturas juveniles

Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”
Licenciatura en Educación Secundaria con Especialidad en Telesecundaria
Estrategias para elestudio y la comunicación I

Profesora María Luisa Moreno Rojas
Presenta Gabriel Dasaev Ricaño Flores Primer Grado semestre “A”
Jalapa, Veracruz a 15 de enero de 2008


INTRODUCCIÓN
Pensar la adolescencia nos conduce a observar una etapa de la vida signada por fuertes transformaciones. Es un momento de transición entre la infancia y la adultez. Es así como la subjetividad adolescente se manifiesta mediante un torbellino de afectos y pulsiones, sentimientos de nostalgia por la pérdida de la niñez, angustias por lo nuevo, ambivalencias por crecer. De este modo, el desarrollo lo conflictúa colocándolo en la tarea de soltarse de los lazos de amor infantil, posicionándolo en la búsqueda de modelos extra-familiares. El adolescente enfrenta el desafío de incorporarse al mundo adulto, de hacerse un espacio en medio de la multiplicidad de lo real.

Por lo tanto, es el tiempo de mirarse, de advertirse inacabado en su espacio corporal, de preguntarse por su origen, de verse como uno entre otros, de comprenderse y proyectarse más allá de la niñez. Se enmarca así, un eje paradigmático de la adolescencia: la posibilidad de rehistorizarse, siendo éste, un trabajo simbólico relevante, para alcanzar la adultez. Siguiendo a Piera Aulagnier, la tarea que le compete al adolescente, es la de un “historiador”, un “biógrafo”, en busca de testimonios recolectados del anecdotario infantil. Puede entonces, descubrirse en la intimidad de sus secretos no compartidos con los grandes, hallazgo que favorece la posibilidad de un pensar propio, aquel que le permitirá reconocerse y diferenciarse en la enunciación. Esto lo potenciará a encontrarse, con sus deseos y anhelos en relación y diferencia a los otros. Así, algunas problemáticas existenciales como: ¿quién soy? y ¿quién llegaré a ser?, se plasman en su autobiografía, quien podrá hacer posible un proyecto futuro que se acerque a los ideales y que conjugue el deseo del cambio, junto a la preservación de lo propio.

· Factores que influyen para que en diferentes épocas y culturas se asignen roles distintos a los jóvenes.

A) INDEFINICIÓN HISTÓRICO-SOCIAL Y CULTURAL DE LA ADOLESCENCIA COMO FASE DEL DESARROLLO HUMANO


Todo momento histórico de la humanidad ha contado con la presencia latente del adolescente, sin embargo, no ha tenido el reconocimiento social que hoy en día en nuestra cultura tiene.

Socio-culturalmente hablando, la historia reconoce el desarrollo humano en tres fases esencialmente: niñez, madurez y vejez, etapas que dispersan al joven entre dos mundos como ser actuante, la infancia y la adultez. Generando una indeterminación existencial que pudiera considerarse hasta excluyente.

En consecuencia, el panorama presentado por la historia proyecta al joven antes del siglo XIX como ser asumiendo roles indefinidos, sea de adulto o sea de niño, en una especie de salto mortal que lo induce en una crisis vivencial.

Tratando de documentar este indeterminismo histórico de la etapa adolescente, revisé algunas anécdotas, documentos, y reflexiones de aquello que pudiera ser de utilidad para conocer el pasado remoto del adolescente, y me encontré con la descripción del adolescente de la Roma del año 500 a.C.

Los jóvenes ricos romanos mantienen el estatus de adolescentes hasta los 30 años. Los niños no serán considerados como tales hasta que no comiencen a hablar, a comer y caminar. A partir de ese momento llevarán un amuleto llamado bullo que mantendrá alejados a los malos espíritus. Con el fin de que se robustezcan, no se les permitirá comer reclinados o bañarse con agua caliente. Con la llegada de la adolescencia, entre los 14 y 16 años, los jóvenes serán protagonistas de una fiesta en su honor en la que se reconocerá oficialmente el final de su etapa de puer. Se les despojará de la bullo y de la toga praetexta que vestían en su infancia. A partir de ese momento vestirán la toga virilis, que los identifica como ya ciudadanos. Acompañarán a sus padres en el Foro y decidirán su futuro, bien proseguir su carrera académica en Grecia, bien iniciarse en la política, como parte del séquito de un magistrado o un general. La adolescencia romana era casi eterna, pues no abandonarán esta etapa hasta bien entrados los treinta años. Entonces, y sólo entonces, recibían definitivamente el estatus de adultos. No todos los niños tenían la suerte de recibir una educación, tan larga y refinada. Los niños pertenecientes a las familias con menos posibilidades debían ponerse a trabajar tan pronto como les fuera posible. Los niños ricos y los de las clases más altas iban a la escuela a partir de los siete años (“Desde el vientre materno hasta el testamento”, lectura de la antología de Desarrollo de los Adolescentes sin datos bibliográficos)

Históricamente hablando la indefinición social y cultural del adolescente es un factor subjetivo, a pesar de ser fisiológicamente una etapa concreta del desarrollo humano es capaz de generar y estimular un conjunto de potencialidades dinámicas acordes a las necesidades del contexto histórico cultural y social que lo determina y genera su misma exclusión o indeterminación.


B) EL CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL COMO FACTOR EN LA ASIGNACIÓN DE ROLES A LOS JÓVENES.

Cuando nos damos a la tarea de pensar acerca de los factores que determinan los papeles asignados a los adolescentes, nos percatamos que el contexto ejerce una influencia determinante sobre la vida del individuo, el ambiente social, las costumbres y la ideología cobran significación; la adecuación al ambiente y las tradiciones generan el rol que debe asumir el adolescente, supeditándose al espacio temporal y cultural que le corresponda vivir.

Así un individuo desde el momento de nacer, recibe la influencia de los adultos, es decir, desde el inicio de su vida van determinándose actitudes, costumbres, conductas, involucrándolos en el papel que deben desempeñar en la sociedad para llegar a integrarse a ella. Al adulto le interesa su imagen y condiciona al joven a modelos culturales predeterminando su accionar ante los demás. Por ejemplo: el adolescente del medio oriente asume el rol de combatiente desde edad temprana, pasa de largo su etapa de transición niño-adulto, pues su contexto-histórico cultural y social así se lo impone. La imagen de luchador por su pueblo es el papel que su contexto le asignó, y simplemente lo toma.

Esto me conduce a hacerme muchas preguntas, la primera de ellas es ¿para quién debe significar algo asumir un rol, para el adolescente o para el adulto?, sin embargo me doy cuenta que lo que sucede es que todos estamos en el meollo del asunto, el adolescente que siente, sufre y está expuesto a una serie de situaciones que muchas veces no entiende, su cuerpo le "grita", su mente en muchas ocasiones está turbada porque no sabe cómo manejar lo sucedido en el resto de su cuerpo, su familia (especialmente los padres), todo de acuerdo a como hayan vivido su propia adolescencia, y las pautas que la cultura social le va imponiendo.



· Factores que influyen para que la adolescencia se empiece a reconocer a finales del siglo XIX y principios del siglo XX como etapa del desarrollo humano.


El carácter histórico-científico de la adolescencia empieza a ser objeto de estudio a finales del siglo XIX y principios del XX. El reconociendo del concepto como una etapa más del desarrollo humano, obedece entre otros factores a los estudios pioneros realizados para conocer las causas del comportamiento humano, como enigma arraigado desde tiempos inmemoriales. No podía ser de otra forma, la ciencia da un giro sustancial y las investigaciones relacionadas a ésta, empiezan a poner sus ojos en el ser humano; el hombre y su desarrollo social y emocional se ponen en la mesa de las discusiones. Surge la sociología, la antropología y la psicología como ciencias preocupadas por la conducta humana. Es precisamente el desarrollo de esta última; la que unida a la biología propiciarían que se empezara a considerar la etapa de tránsito entre la niñez y la adultez como un proceso importante de cambios biológicos y conductuales, como una fase influyente y determinante en el desarrollo humano.

Es el enfoque de psicoanálisis que surgió a finales del siglo XIX y primer tercio del XX que con sus investigaciones clínicas asociadas a la conducta de los individuos, detecto rasgos de la fase de tránsito entre la niñez y la adultez que influían y determinaban conductas, lo que le significó a la adolescencia hacer su debut como parte preponderante del desarrollo humano.

Debido a la complejidad del tema, se adoptó la idea de establecer la adolescencia como aspecto medular ya que representaba “crisis”, lo que hizo enfocar la atención en dicha etapa e iniciar un desarrollo creciente en su estudio.


· Características de las culturas juveniles contemporáneas; su surgimiento y difusión.

Los momentos históricos se encuentran subsumidos en las relaciones sociales, por lo que no es de extrañar que el origen de los cambios en las características de las culturas juveniles contemporáneas se vean determinadas por las nuevas tendencias socioeconómicas. El reconocimiento de la adolescencia como etapa de desarrollo humano se da en el marco del modo de producción capitalista y de las derivaciones emanentes. Por lo tanto explicar el origen de los cambios y las características de la juventud en su esencia cultural implica analizar el modo de producción y su impacto en el comportamiento humano.

A) La cultura adolescente surge a razón de las nuevas tendencias socioeconómicas y culturales en el mundo de finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX. Ello trae consigo elementos sustanciales que matizan su evolución:

· Por un lado la dependencia familiar se prolonga, el adolescente necesita del tutelaje económico de la familia ante las exigencias educativas proyectadas en la sociedad actual; por cuestiones de estudio el joven requiere de una estancia mayor en el seno familiar.

· Las disposiciones legales internacionales promovidas por la UNICEF obligan a visualizar al niño- adolescente como sujeto protegido, lo que incide en la responsabilidad paterna.
· Las leyes de los diferentes países entre ellos el nuestro, genera un colchón de protección familiar al chico, la obligatoriedad de la educación básica, los derechos de los niños, la edad legal para ser ciudadano compromete más tiempo al padre con su obligación respecto al hijo.

· La declaración de los derechos de los niños funge como otro factor influyente, pues al saberse con derechos ante la ley, modifica su actitud de sumisión por una búsqueda de igualdad y respecto del adulto para con él (aunque él no asuma sus responsabilidades escudándose en su inmadurez)


B) Características de las culturas juveniles contemporáneas:

Los factores de surgimiento antes mencionados matizan y caracterizan a la juventud contemporánea. De esta manera, el ámbito social, el mundo de la acumulación de riqueza, influyen y determinan las formas de vivir del adolescente. La sociedad de consumo va moldeando a la adolescencia:

Se generan los grupos de pertenencia y referencia, se transforman en lechos de subjetivación, pues ofrecen emblemas identificatorios substitutivos de los modelos familiares, como una vía de escape a su frustrada búsqueda de independencia.

El adolescente pues, pleno de avidez social, se halla inmerso en tendencias hegemónicas, ofrecidas por el contexto sociocultural globalizado.

En este sentido, el desarrollo de los medios de comunicación y el sistema informático son de relevancia., ya que en este contexto, el acceso a la información se convierte en una necesidad.

Entonces, el conocimiento, entreje nuevas condiciones, se concentra en las grandes urbes y desde ahí se traslada a todo el mundo.

Las modas consumistas guían los pasos de un joven desconcertándolo y bombardeándolo, se le vende esteriotipos que adopta pronto en su búsqueda de identidad.

Los contenidos informativos de su vida se alojan en un espacio virtual, pudiendo acceder a ellos por medio de la imagen proporcionada por los medios audiovisuales. El trayecto del viaje del conocimiento, se vincula a través de la red de distribución de la información. Se acerca al conocer, vinculado con el espacio virtual.

La falta de lenguaje claro y común entre adultos y adolescentes genera un abismo generacional que provoca la falta de comunicación al grado de llevarlos a la exclusión mutua.
Se presentan formas de rebeldía (no sólo es inconformidad sino manifestación de desconcierto) confusión con respecto al sistema social institucional (familia, la escuela, la iglesia), inconformidad con las reglas, que conduce inexorablemente a un conflicto de intereses.

Surge la duda adolescente ante su adaptación a la vida adulta, ya que la sociedad le impone cánones conductuales en el ámbito de las costumbre y en aras de la integración a la sociedad que vive; y por otro la cultura capitalista promueve otros valores consumistas dentro ser propio seno social se establecen contradicción de principios, se le exige moderación en sus hábitos al tiempo que se le ofrece atractivamente la compulsión consumista, estereotipada. El adolescente opta por la vía fácil y cómoda.

El papel de los medios masivos de comunicación como sustituto de la atención paterna difunde y generaliza al adolescente mediante estereotipos con el objeto de lucro.

También la educación escolar influye mostrando un desfazamiento entre lo que se enseña y las necesidades sociales; ya que en su pretensión de ser tolerante no deja su enseñanza tradicionalista basada en el “positivismo”, donde el maestro siempre tiene la razón y la diversidad cultural y empatía quedan suprimidas.

Otra característica de suma importancia es la referente a los cambios paradigmáticos de los rolles sociales, la juventud contemporánea enfrenta la ausencia paterna y materna, dado los roles laborales, por tanto, los medios masivos de comunicación, la soledad, y la integración a grupos sociales con sus iguales sustituye la autoridad moral y física que representaban los padres.


Cambios identificables en las formas de entender y ver la adolescencia.

La adolescencia como etapa de desarrollo humano, adquiere reconocimiento, ahora se presenta una edad que tiene un lugar, identificable en ese tránsito de adaptación entre el ser niño y ser adulto.

· Siguiendo una línea evolutiva, después de adquirir su reconocimiento como etapa del desarrollo humano, se concibe como crisis, "todo periodo de la vida tiende a ser caracterizado por un grupo de problemas del desarrollo” la adolescencia no tenía por que ser la excepción, por tanto, es otro cambio identificable en la forma de entender la adolescencia: concebir alternativas a las ideas de “crisis, desorden e incapacidad “ como la teoría comprensiva difusora “de la falta de identidad”.

· Se presenta la adolescencia como "camino a la adultez", donde ésta se considera el periodo de transición entre la infancia y la adultez. Propuesta que se afirma la posibilidad de sostener al final de la línea un producto logrado, la culminación del desarrollo superador.

· La visión del adolescente desde su perspectiva, él se ve así mismo como constructor de su propia identidad.

· El adulto observa al adolescente como un problema, un individuo necesitado de tutela, consumidor y ente en proceso de adaptación, aunque le concede la calidad de sujeto potencial para ser transformador.

· El adolescente ve a sus iguales de manera diversificada y se afilia a ellos según sus propios intereses.

Se podría decir que la imagen del adolescente cobra un lugar relevante en la trama del mundo actual, en este contexto, enfrentamos matices y sentidos diferentes. Conocerle implica darle soporte a la historia de mundo.


CONCLUSIÓN

La adolescencia es una etapa difícil de enfrentar, sobre todo si la tomamos como referencia de forma integral considerando la problemática que implica, ya que delimitar la comprensión de la adolescencia al ámbito de desarrollo educativo es mutilar la visión holística a considerar para un real entendimiento del individuo que transita por está etapa del desarrollo humano. Y aunque la perspectiva de nuestra competencia es el ámbito educativo, olvidar todos los demás aspectos es darle la vuelta al problema, porque finalmente todas las facetas conforman al individuo y confluyen e inciden en la educación.

En el desarrollo de este trabajo he tratado de visualizar al adolescente y su complejidad desde los diferentes factores influyentes, no obstante, rescato como factor de mayor importancia las cuestiones relacionadas con su presente, el estar viviendo en la sociedad actual, al rol que debería cumplir la escuela en su formación y a los métodos de educación y comunicación que los afectan.

Planteando una reflexión válida del rol docente en su interacción con los adolescentes actuales.

El término adolescencia ya de sí nos remite a la idea de adolecer o padecer, pero abarca mucho más que esto. "La aurora de un adulto en el crepúsculo de un niño" es una frase literaria de F. Dolto, metáfora ilustrativa de ese proceso transformativo.

Para la mayoría de las personas la adolescencia significa una etapa de crisis, de ausencia y de desarrollo; pero delimitar nuestra visión al respecto sin relacionar todos los elementos confluyentes, es restar importancia y caer en el error ancestral conferido a está fase del desarrollo del humano a través de los tiempos.

Así encontraríamos en la modernidad el anhelo por llegar a ser adulto, mientras que ser niño significaba una etapa de latencia, exenta de responsabilidades. A esto luego le vino el psicoanálisis y la importancia que la niñez implicaba, hasta llegar a la postmodernidad, donde lo fundamental son otras cosas: el adolescente pasó a ser alguien valorado y buscado por muchos sectores de la sociedad y la adolescencia se encuentra como una etapa aspirable y digna de mantenerse. Por lo tanto debemos plantearnos cuan adolescente es el adolescente actual. Así mismo parecieran seguir siendo válidas algunas premisas que acompañaron históricamente la caracterización del sujeto adolescente, como por ejemplo el hecho de estar desestructurado y restructurando su mundo interno y sus relaciones con el mundo externo. En lo referente al mundo externo, recibe mensajes permanentes dados de distintas maneras y en gran parte son las maneras en la que se envían esos mensajes responsables de la aceptación o no del sujeto.

El adolescente es un ser en continuo duelo consigo mismo y con los demás, pues su yo se conflictúa hacia su interior y con los diferentes modelos que se le presentan:

Fuertes pasiones
Deseos corporales, en especial por manifestar su sexualidad
Ausencia de autocontrol
Mal humor y mala predisposición para realizar imposiciones del medio exterior
Ideas exaltadas
Manifiestos de violencia ante desacuerdos
Preferencia de acciones nobles antes que acciones útiles
Culto a la diversión y al ingenio gracioso
Marcada competitividad en temas que lo afecten

Muchas de estas características son base a los duelos que sufre el adolescente, como consecuencia se producen sentimientos de negación, resignación y desafecto. Fundamentalmente el joven tiene que superar cuatro duelos:

Duelo con el cuerpo infantil: el adolescente sufre cambios rápidos e importantes en su cuerpo que a veces llega a sentir como ajenos, extremos, y que lo ubican en un rol de observador más que de actor de los mismos.
Duelo con el rol y la identidad infantil: perder su rol de la infancia le obliga al adolescente a renunciar a la dependencia y a aceptar responsabilidades. La pérdida de la identidad infantil debe reemplazarse por una identidad adulta y en ese transcurso surgirá la angustia que supone la falta de una identidad clara.
Duelo por los padres de la infancia: renunciar a su proyección, a sus figuras idealizadas e ilusorias, aceptar sus debilidades y su envejecimiento.
Duelo por la bisexualidad de la infancia: debido a que se madura y desarrolla su propia sexualidad, pero en ese aparecer de caracteres sexuales conviven por el momento el cuerpo del adulto y el cuerpo del niño.

Además de los duelos citados está la acción del mundo sobre el muchacho, restringiéndole y llevándolo a refugiarse en la fantasía y la intelectualización.

Otra característica particular de los adolescentes es el hecho de formar grupos de pares y en parte esto se corresponde a un agrupamiento de personas con problemas en común y que se agrupan para enfrentar esas circunstancias y defenderse en conjunto. Aunque en los grupos de pares se pueden dar el caso de actitudes de orden perturbador que se realizan para lograr la caracterización del grupo.

Frente a todo esto esta la educación, que comprende a un proceso de comunicación. Y es con los distintos métodos de comunicación y de educación ofrecidos a los adolescentes, que se obtienen distintos resultados.

Muchas veces se enfrenta a un grupo de adolescentes con autoritarismo y se impone una emisión de conocimientos por parte de un emisor (cualquier persona, como ejemplo el docente) hacia receptores pasivos; ellos sólo extraen imágenes que permiten ver cómo esta llegando el mensaje.

Un sistema de este tipo no hace más que confrontar con las características de los adolescentes y generarles repulsión y falta de consideración a lo que se les enseña. En un modelo de este tipo la pedagogía es exógena ellos, el educando es un objeto y la motivación pasa por premios y castigos. Totalmente contrario con las intenciones del adolescente necesitado de estimulación en la participación, la criticidad, el diálogo y la asunción de responsabilidades. Por lo que trabajos de grupo, una función educativa basada en la acción-reflexión-acción y la justificación de la evaluación basada en la necesidad de evaluar el cumplimiento de objetivos útiles para el sujeto, son alternativas conciliatorias entre educador y educando.

Cuando planteo mi preocupación por los adolescentes actuales, me refiero al cambio que la modernidad le implica al proceso de adaptación, no sólo a los sentimientos de tristeza y esfuerzo psíquico para superarlos duelos propios, sino además, se debe pensar en los adolescentes actuales durante este momento de transición con otra clase de problemáticas implícitas de su tiempo. En este contexto podemos marcar las nuevas pautas que influyen en cada duelo:

Modas
Idealización de modelos
Buscan ser jóvenes el mayor tiempo posible (prolongación de la adolescencia)
El individualismo
La competencia
Los valores y antivalores
Presión de los medios de comunicación
El consumismo
La desintegración familiar

Consideraciones finales:

Como aspectos concluyentes del trabajo es mi intención mostrarles la necesidad de reflexión sobre algunos puntos, si bien conocidos muchas veces pasan desapercibidos:

¿De quién es el problema de que un adolescente no muestre haber adquirido los conocimientos necesarios durante un curso educativo?

Es fácil decir que un adolescente no aprende porque no presta atención al curso, porque no tiene ganas de aprender, etcétera; pero es mucho menos fácil aceptar deficiencias relacionadas al accionar del educador en el proceso educativo y las estrategias comunicacionales empleadas para establecer puentes significativos.

¿Existe un modelo de comunicación bueno y otros malos?

En realidad no, cada uno se puede ajustar con comodidad para ciertos objetivos. Pero así mismo debemos recordar que cuando ese objetivo es el de educar, y en especial a un adolescente, debemos hacerlo mediante un modelo integrante y planteando la retroalimentación entre educador y educando.

¿Existe coherencia en nuestro accionar?

En esta etapa de la adolescencia los jóvenes pueden constituirse en referentes para el joven que no sólo los escucha en la clase, sino que de algún modo los interpreta y los evalúa tanto fuera como dentro del ámbito escolar. Es por esto sumamente importante la coherencia la su conducta y accionar del docente, en sus distintas actividades. Además en lo referente a lo comunicacional, es preciso guardar congruenencia con los modelos aplicados en todas las oportunidades de interrelación con los adolescentes y mostrando transparencia. También es necesario el compromiso del docente hacia el grupo de jóvenes, mostrándose neutral en cuanto a su ideología

También quiero destacar la existencia de muchos aspectos del adolescente que podrían ser mejor explotados, por ejemplo tienen entre sus particularidades la de manifestar fuertes pasiones y prevalecer los sentimientos como prioridades, por lo que perfectamente se podrían utilizar estas características para tratar temas transversales que ellos sientan como propios y utilizar esto como un punto desde donde se pueden acoplar muchos otros conocimientos según el perfil dado a cada área. Por ello, gran parte de la cuestión se encuentra en esforzarse por lograr una comunicación adecuada y sumarle a esto el ingenio necesario para cumplir todos los propósitos fijados de la manera más acorde posible.

BIBLIOGRAFÍA
Valencia, jorge (1996), “¿Quiénes son los estudiantes de secundaria?”, en La educación secundaria. Cambios y perspectivas. Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca.
Delval, Juan (1994), “el concepto de adolescencia”, en El desarrollo humano, México, siglo XXI editores.
Salazar Rojas, Diego (1995),”adolescencia, cultura y salud” en La salud del adolescente del joven.
Goodman, Paul (1985),”el universo en el cual se crece”, en Olac Fuentes Molinar, Critica a la escuela, México, el caballito. (Biblioteca de pedagogía).
Hernández, Fernando y Juana Maria sancho (1996), “el estudiante –adolescente que vive y aprende en un contexto de cambio”, en Para enseñar no basta con saber la asignatura, México, Paidos.
Monroy, Anameli (1998), “la sexualidad en la adolescencia”, en Cecilia J. Pérez y Eusebio Rubio, antología de la sexualidad humana, vol. ll, México, Conapo.
Palacios, Jesús (1995) “¿Qué es la adolescencia?” en Jesús Palacios, Álvaro Marchesi, César Coll (comps.) Desarrollo psicológico y educación. Psicología evolutiva, t. I, Madrid, Alianza (Psicología), pp. 299-309

18 comentarios:

Unknown dijo...

Considerando los líneamientos que utiliza el autor para desarrollar su ensayo considero que ver la adolescencia desde está perpectiva confiere al docente una visualización más real de joven en proceso de cambio, ya que considera dentro del análisis factores psicológicos, físicos, histórico-sociales y culturales además de contextuales a la época contemporanea, es interesante el recate de esta perspectiva holística que nos proporciona herramientas para el conocimiento del adolescente más allá de su ámbito escolar dando razones de los retos que enfreta y configuran su ser social que pugna en lucha interna por ser individuo con identidad y que tarde o temprano repercute en el ámbito escolar.

Unknown dijo...

Encontré en el escrito una serie de factores que influyen en el desarrollo y crecimiento del adolescente en una sociedad que no abre de manera plena la puerta hacia una madurez efectiva. El conflicto que existe entre el niño que se niega a perecer y el adulto que busca nacer se hace patente en la problemática que el autor aborda de manera directa y sin pretenciones más allá de lo descriptivo.

Buen texto, sólo recomiendo que ahora que contamos con la descripción del problema, surjan propuestas para atender dicho conflicto humano.

Unknown dijo...

La adolescencia es una etapa necesaria en el desarrollo del individuo, el texto es corto pero me parece concreto, aunque siento que está dirigido a público especial (quizás maestros, educadores o incluso psicólogos) los padres de familia con adolescentes en casa se verían favorecidos con este tipo de lecturas, el responsable del texto me parece una persona sensata pero algo fría en su redacción, aunque hoy día la vagedad es cosa de todos los días, no encontré en esta lectura incongruencias, eso me gustó.

Anyulli dijo...

El texto nos ofrece una perspectiva crítica acerca de la concepción que se tiene sobre los adolescentes desde diferentes planos, educativo social etc., analizando los diferentes factores que influyen para que estos se desarrollen, me llamo la atención las consideraciones que trato en cuanto a cómo viven los jóvenes en la actualidad y a la realidad a la que deben enfrentarse, donde, como el texto lo maneja “el espacio virtual” pasa a formar parte esencial en sus vidas para poder encajar con sus demás pares, los adolescentes además de afrontar la etapa de crisis solos, deben lidiar con la reducida afectividad proporcionada por sus padres, por ello buscan alternativas para sentirse seguros, escuchados y comprendidos, parte de nuestra labor radica en ofrecer al joven un espacio donde pueda desenvolverse para poder compartir sus intereses y aprendizajes, que no vea a la escuela como mera obligación, sino como parte esencial para su formación, un espacio de convivencia, para él y los demás individuos con los que se rodea.

Teddy SalCobs dijo...

Desde mi escasa perspectiva logro visualizar en el presente artículo un gran aporte para mi formación profesional como docente, tener en cuenta la forma en que impacta el establecimiento de culturas en el rendimiento escolar, el comportamiento de los adolescentes con su entorno y sobretodo en la familia, por ello me parece de crucial importancia estar informado sobre las posibles implicaciones de pertenecer a una cultura juvenil en específico, para de esta manera poder reorientar o redefinir las estrategias de atención para con los educandos propiciando una enseñanza situada, atendiendo a la diversidad presente en las aulas educativas, a sus gustos y necesidades inherentes sin perder de vista los propósitos de la educación básica.

Uriel Vicente dijo...

Leyendo este artículo no he podido evitar recordar los cursos de desarrollo adolescente, remitirme al pasado y verificar el cambio del concepto de adolescencia. Es por ello que concuerdo con muchos de los puntos que se tratan en esta entrada y retomo aquel que llamó mayormente mi atención.
La docencia puede y debe llegar a ser un puente lo suficientemente resistente para ayudar al adolescente a minimizar los impactos causados por la etapa en la que se encuentran, no es un trabajo sencillo (habrá que aceptarlo), sin embargo, no resulta imposible lograrlo. Soy de las personas que piensan que la historia nos da una idea, pero el presente me da un escenario para actuar y poder ayudar a quien lo necesite. El adolescente es como un ave que necesita aprender a volar, no puede hacerlo sola y cada vez que lo intente será inevitable recibir un fuerte golpe de realidad, pero la perseverancia trae sus recompensas y pronto la meta llegará.

Unknown dijo...

Esta más que claro que la adolescencia es una etapa que esta en multiples cambios, no es algo fijo y que todos pasen por las mismas situaciones, en el apartado de las culturas juveniles, solo responde a la conformación de la identidad, estas culturas aparecen porque responden a las necesidades que tienen los jovenes, al sentido de pertenencia, ya que ellos no se sienten a gusto y hasta cierta forma desubicados dentro de la sociedad en la que se desenvuelven. Ya que como sabemos es esta la que delimita las reglas, y cuan do un adolescente no esta contenbto con estas, debe buscarse una forma de expresión que lo haga sentir como es el en realidad.
NUBIA IVONNE PÉREZ ARELLANO 3°U

Aurora dijo...

La presentacion y argumentacion de este tema resulta enriquecedora, pues no solo se base en la experiencia y conocimientos de lator sino a demas en otras fuentes formales de investigacion ademas de veracidad, por tanto, desde del punto de vista de maestro en formación, amplifica y clarifica la concepción de la adoleescencia, encuanto a sus caracteristicas y definicion como tal, es decir tanto en epocas y espacios pasados como presentes; aunado a su repercusion en las diversas instituciones sociales. Asimismo lo encuentro sumamente recomendable para los padres de adoleescentes pues no solo se informaran sobre esta etapa sino ademas la comprenderan e interesaran por investigar mas hasta el punto de evitar o manejar adecuadamente ciertas situaciones de riesgo. Personalmente ha sido de muhcho agrado así como de aprendizaje todo lo leido...muchas gracias!!! recomienden la pagina!!!1 by..Aurora

Educa2 dijo...
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Educa2 dijo...

Para mí, como docente en formación, leer este tipo de textos es de verdad enriquecedor ya que nos dispara a una reflexión que si bien debimos ir construyendo en cursos pasados gracias a esto ahora se muestra más claro y sintetizado haciéndonos más fácil el construir un criterio y concepto propio sobre dicha etapa además de visualizarla en distintos contextos y espacios históricos que nos dan razón del porque ser adolescente es tan complicado ya que están en constante influencia de todo aquello que les rodea, desde una televisión hasta sus padres, haciéndoles más difícil la creación de una identidad propia, pues un día creerán en lo que la T.V. les dice, otro en lo que sus amigos afirman y al día siguiente tendrán que ser doblegados (la mayoría de las veces) por lo que los padres decidan, creando la confusión y rebeldía tan característica de la edad.
Por: Bárbara Rebeca Silverio Freer 3° "U"

Integrantes del equipo dijo...

Sin duda alguna, la consolidación de la identidad, incide en la prolongación de la infancia hasta la adolescencia e incluso una vez alcanzada la adultez, con la presencia de experiencias positivas y negativas que adquiramos durante el desarrollo psicológico, social y fisiológico, es por ello que la intensa búsqueda de la misma, se da a largo plazo puesto que siempre estamos sujetos a cambios en la toma de decisiones, considerando el amplio concepto que constituye, centralizado en la descripción de la personalidad del individuo, además de la aceptación e integración de culturas, normas, valores, creencias, costumbres, entre otros aspectos que rodean el deseo de alcanzar la esencia propia.
Entender la concepción de la identidad, nos permite llegar a conocer lo que somos. Considero que son numerosos los aspectos que rodean la conformación de la identidad y que mantienen una interrelación, de entre los cuales, me refiero a la constitución del sentido de pertenencia, donde se objetiviza el formar parte de de un grupo donde se centralizan varios aspectos que destaca el compañero en su ensayo. Por su parte, se resalta la importancia de la acepción de valores culturales, la percepción de los deseos, preferencias y aspiraciones aunadas a las limitaciones que poseen.
Desde esta perspectiva, creo conveniente valorar la intervención docente en la etapa adolescente, tomar consciencia acerca del fuerte impacto que podemos causar en sus determinaciones para la elaboración de proyectos a futuro, considero que hacerles merecer nuestro apoyo en todo momento, otorgarles confianza y un ambiente propicio, traerá como resultado en ellos estabilidad, serenidad y seguridad consigo mismos para salir adelante de este tránsito pasajero por el que todos pasamos en un momento de nuestra vida.

Por: MARYNEE DELGADO RODRIGUEZ

equipo5 dijo...

El texto anterior es muy claro en cuanto a la descripción del proceso mediante el cual se logra el reconocimiento de la adolescencia como una etapa de la vida, así como de los acontecimientos sociales y las características de los seres humanos de ese rango de edad que contribuyeron a dicho reconocimiento.
Por otro lado, los temas tratados a lo largo de la publicación, tales como, grupos de pares, culturas juveniles, asignación de roles, influencia de los medios de comunicación y de la familia en la conformación de la identidad, etc. Me fueron de gran utilidad pues recapitulan de manera muy puntual los cursos de desarrollo de los adolescentes: crecimiento y sexualidad (aspectos generales) e identidad y relaciones sociales. Por ello considero de gran apoyo a mi formación docente el texto anterior, pues me brinda un panorama general de las particularidades de la adolescencia que como futura docente de nivel secundaria debo conocer y reconocer a manera de sustento en el trabajo didáctico.
Raquel M. Arellano García

Jose Luis dijo...
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Jose Luis dijo...
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Jose Luis dijo...
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Jose Luis dijo...

Reconocer a la adolescencia como una etapa, ha sido una de las grandes conquistas dentro de la terminología referente a la evolución humana, pues antaño sólo existía la niñez o la adultez. Los jóvenes de aquellos tiempos eran tratados como infantes o bien como adulto, no definiendo cual adjetivo apostrofar, cuestión que a la postre debatía a los individuos entre comportamientos pueriles o adustos, según el caso.

La adolescencia es un periodo más o menos variado, ubicado entre los 12 y 19 años de edad, donde ocurren una serie de cambios físicos e intelectuales. Las transformaciones físicas abarcan el crecimiento, la sexualidad y activación de aspectos hormonales que acaparan la vista y el pensamiento del individuo, pues al ser notorias ante el espejo, es difícil asimilar estas “mutaciones” o “vejaciones” del cuerpo. Toda vez que ascienden al pensamiento, inicia un largo proceso de aceptación, que aunado a los nuevos requerimientos sociales, enconan vicisitudes del orden psicológico.

¿Cuál es el papel de la escuela ante la formación de la identidad? Deberá ser acaso un mudo e insufrible testigo de los cambios o un puente que lleve de la mano hacia tránsitos más eficaces.

Considero que estaremos de acuerdo con el segundo punto, pues el fin principal de la escuela es formar a los futuros ciudadanos y hombres en una serie de valores, actitudes, conocimientos y habilidades que les permita desarrollarse con éxito.

Si facilitar el contenido es primordial, lo es aún más conducir los caminos y visiones de los alumnos, el primero solo es el medio que utilizaré para mostrar la diversidad de acciones. Orientar en todos los temas de la vida sin tapujos no es una necesidad sino una exigencia de la escuela y el maestro mismo, al reemplazar el hogar es imperioso abordar la existencia en todas sus dimensiones, aconsejando y mostrando las consecuencias de nuestros actos, que hable pues nuestra consciencia.

Jose Luis dijo...
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Ignacio dijo...

En el texto aqui presentado, nos da una amplia perspectiva de análisis sobre como los adolescentes buscan integrarse en algun tipo de grupo social, formando así las culturas juveniles, nos muestra tambien la influencia de diversos factores como los medios de comunicación y los padres para que ocurran los mismos. Tambien se nos explica un poco sobre las conductas adolescentes y su etapa de crisis.

Es importante admitir la importancia en cuanto a conocimiento sobre los adolescentes, que nos aporta el escrito, ya que en nuestra practica docente nos encontraremos recurrentemente con este tipo de grupos adolescentes y que mejor que estar preparados para el mismo. Por último lo importante de esto no es leerlo, si no más bien aplicarlo y orientar adecuadamente y con fundamentos el desarrollo de nuestros alumnos adolescentes.

Comentario por: Ignacio MIguel Reyes Zavaleta 3 "U" Telesecundaria