martes, 15 de enero de 2008

MARIONETAS DEL DESTINO POR CHRISTIAN DELLIS DGUEZ. RMREZ.

“Las verdades de ayer son hoy mentira, las de hoy a caso lo serán mañana; la incorregible vanidad humana siempre creyendo razonar delira”…
Guillermo Blest Gana

En base al avance del tiempo, a las innumerables facultades de los individuos y a los descubrimientos que llevan a un progreso constante se constituye la historia, y en la historia del desarrollo humano podemos apreciar el deseo por encontrar fuerzas extraordinarias, que puedan darle una explicación a los acontecimientos presenciados en la vida diaria, de forma muy constante y arraigada. Desde tiempos muy remotos se ha tomado a la astrología como una “ciencia” que nos permite descubrir lo fortunios e infortunios del destino, la estructura de una vida que lejos de ser propia es simplemente el seguimiento de lo ya establecido, configuraciones fijadas para satisfacer la falsedad a la que muchos se hacen sujetos, simples y débiles marionetas gobernadas por los planetas.
Gran número de personas sin importar época, raza o país sentimos la necesidad, por naturaleza, de creer en un objeto, sujeto o cualquiera que fuere aquello que nos permita depositar nuestra confianza en él con el ideal de obtener un buen resultado; ya sea para no sentirnos solos, para obtener seguridad o simplemente para creer en la existencia de algo mejor; por ello muy comúnmente nos encaminamos a la creencia de falacias; a las que inclusive nos aferramos ciegamente sin razonar y nos lanzamos en defensa de cosas inciertas que pretenden darle un sentido a nuestra vida sin darnos cuenta que lo ofrecido no son sino mentiras envueltas en las palabras ansiadas por escuchar .
El interés por observar las estrellas proviene desde tiempos antiguos en espera de encontrar en ellas una respuesta a las interrogantes que han acogido a la humanidad. Es realmente increíble observar el gran número de adeptos que esta pseudociencia gana día con día con bases sustentadas de manera aberrante pues no son sino una recopilación de ciencia con mitos y creencias que la humanidad inventa para la sociedad ansiosa de sentirse incluida en los planes de un Dios superior desde los tiempos en que ciencia, religión y filosofía constituían un cuerpo único de conocimientos y experiencia humanos, esta situación también los ubica en una dualidad que no son capaces de comprender o lo hacen de manera inconsciente; de esta manera si algo bueno les sucede es mérito de ellos pero si en su camino “las piedras se atraviesan” es por obra del destino o por que simplemente ya estaba escrito.
Los signos zodiacales, son comúnmente los arquetipos simples en los que los devotos de la astrología orientan sus acciones, y no son sino básicamente la constelación de estrellas localizadas detrás del sol al momento del nacimiento del individuo; ante esto cabe refutar la omisión de dos constelaciones igualmente existentes y en su determinado tiempo localizadas en la misma posición Ophiuchus y Cetus que no son tomadas en cuenta para la asignación de signos esto pone en duda por completo la aferrada afirmación sobre la pertenencia a un determinado signo zodiacal ante dicha situación no es más que lógico pensar que si los astros y su posición afectasen a nuestra personalidad y futuro deberían hacerlo todos y no solo los que casualmente se conocían en la antigüedad.
Estas personas se dicen poder encontrar tu futuro en las estrellas o encasillar tu personalidad dependiendo a la influencia de los astros sobre ti. No hay duda que para ver la realidad basta con cambiar la dirección de la mirada; las conclusiones o características que se les atribuyen a tal o cual signo se basan simplemente en la transposición de la mitología griega a dichos arquetipos; entonces si Marte ejerce fuerte influencia sobre una persona, ésta se hallará colérica y obviamente tendrá conflictos con los individuos de su alrededor. Ahora bien, Marte representaba en la mitología griega a Ares el Dios de la guerra y siendo tal, lógicamente simboliza relación con la fuerza, odio, rencor, irracionalidad, etc. Dónde queda entonces la originalidad y la verdad de tales particularidades.
Pareciera mentira el gusto de la gente por catalogarse en estos entes sin razón y que además de todo siempre presentan algo en común; tan en común es la situación que cualquier alteración en la denominación de los signos no significaría gran divergencia en la cualidades que se le atribuyen y pese a esto, aún si las personas se conocieran diferentes a tales encuadramientos prefieren adoptarlas a defender su diversidad.
En mi opinión y acorde con el autor Ismael Pérez creo que toda esta creación de signos, lineamientos y falsas ciencias es simplemente una justificación que se empeñan en dar las personas por el miedo que les causa la libertad y el naufragio de la vida. “¿Qué hay de bello en creer que tu vida ya está programada? ¿En que tú no eliges nada, sino que todo está escrito en las estrellas? ¿Qué hay de consolador en creer que no se es libre?”. La libertad es característica de los humanos; es difícil entender como cientos de personas luchan por obtenerla y otros cientos de ellas se encadenan falsamente por temor a ésta o a las consecuencias de nuestros actos. Está bien sentir miedo, pero no cuando se apodera de tu vida.
Al final el problema no es que la gente se aferre en creer cosas inciertas; la gente se afilia a lo que quiere creer, el problema se suscita realmente cuando éstos dejan de ser actores de su vida para convertirse en espectadores de la misma; el problema es que justifiquen los hechos que le acontecen basándose en argumentos completamente ilógicos y así mismo se atrevan a criticar a las personas que no los compartimos dirigiéndose a nosotros como escépticos cuando es bien sabido que tenemos razones de más para no creer.
Es importante recordar que los hombres somos capaces de pensar, razonar, analizar, crear y elegir acorde a nuestras ideologías, conocimientos, actitudes y contexto social pero la gama de diversidad en la que nos encontramos inmersos también supone un punto de convergencia que se encuentra basado en lo concreto y verdadero dejando al lado lo subjetivo; de manera que lo verdadero sea un conocimiento comprobable e irrefutable.
El objeto del planteamiento al apoyo o no de la astrología, creo yo, podemos observarlo dividido en dos suposiciones; la primera se basa en la necesidad de la fe (creer) para evitar a su vez la deriva de la vida por la falta de una metodología, objeto o sujeto que la rija, y la segunda que nos indica la contraparte planteando la importancia de retomar la relevancia de la libertad inherente a los deseos de los individuos pues se es libre aun siendo esclavo si uno mismo se permite serlo; de lo contrario se perdería el verdadero sentido de la vida, para qué existen los individuos como tales, para qué tantas características y esfuerzos por hacerlo mejor si a fin de cuentas no sería más que una ilusión, un objeto idealizado que funciona en base a las ordenes de su dictador .
La gente ha llegado a un punto netamente contradictorio pues se sienten necesarios de depositar su confianza en un dios que les prometa un futuro mejor y lo defraudan siguiendo más a otras estructuras; y aún más difícil de creer es que si se supone él nos hizo libres; (él siendo el poder más grande y maravilloso) cómo es posible que los objetos precisamente creados por él habrían de dictaminar nuestro destino. Es indudable que el temor a la responsabilidad y sentirse abandonados sin un rumbo a seguir en donde nada promete un mundo mejor nos lleva a caer en manos de charlatanes en busca de enriquecerse con la ignorancia ajena pues de ser verdad sus planteamientos los conocimientos poseídos les habrían servido para aplicarlos a su vida y mejorar sus condiciones tanto económicas como de salud para muchos de ellos.
Aceptando que fuimos hechos seres libres aún en la esclavitud, que las consecuencias de ésta no serían dolorosas si pensáramos dos veces antes de hacer las cosas, que la seguridad no la dan las mentiras propagadas por la gente para responder las súplicas de inserción a planes superiores y que la vida no depende más que de la manera como tú quieras verla nos daríamos cuenta del verdadero sentido de amar, llorar, caer y sentir son maravillosos siempre; sin necesidad de estar atados a los hilos que nos convierten en marionetas manipuladas por todos aquellos que decidieron ser actores y no espectadores de su vida... ¡Vive y deja vivir!...

William James solía predicar la "voluntad de creer". Yo, por mi parte, quisiera predicar la "voluntad de dudar"... Lo que se persigue no es la voluntad de creer, sino el deseo de descubrir, que es exactamente lo opuesto.
--Bertrand Russell.



Bibliografía
· Casualidad y sincronicidad en astrología. Germán H. Pastorini
· Historia de la astrología. Alejandro Christian Luna
· Reflexiones de un astrónomo acerca de la astrología. Ismael Pérez Fernández
· La vida como aprendizaje. José Luís Pascal
· Introducción a la astrología. Lisa Morpugo

1 comentario:

Alfredo dijo...

creo que el ensayo esta muy bien redacto, en general es bastante interesante, las frases o parrafos citados son bastante acordes al texto
en general parece estar bien hecho este ensayo, solo tengo una duda es una critica hacia las creencias en general o simplemente a las creencias paganas? yo diria que tiene un 9